La asepsia es un procedimiento destinado a evitar la contaminación de sustratos previamente esterilizados por microorganismos. La definición actual de asepsia está relacionada en particular con el quirófano.
Por José Antonio Ramos Mesonero / 26 de Septiembre de 2024
Origen del término Asepsia
"Asepsia" es un término que deriva del griego (α - privativo y σῆψις - putrefacción) e indica una serie de procedimientos destinados a impedir el acceso de microorganismos, patógenos o no, a un sustrato estéril por naturaleza o artificialmente esterilizado.
Los grandes médicos de la antigüedad, desde Hipócrates hasta Celso y Galeno, si bien conocían la infección como entidad patológica, no conocían las causas y, por tanto, no tenían ninguna concepción ni de la desinfección ni de la asepsia.
Comprendían que algunas epidemias, que hoy sabemos que son infecciosas, podían evitarse retirando a la población de las ciudades afectadas o aislando a los enfermos y que algunas lesiones, como las heridas, se curaban mejor si se lavaban con vinagre o vino y se vendaban con paños limpios, pero no encontraban una explicación racional. Todavía no había llegado el momento.
El concepto moderno de infección nació en el siglo XIX con los estudios de Louis Pasteur, junto a los cuales debe recordarse la extraordinaria intuición de Ignaz Philipp Semmelweis, quien, tras ordenar que todos los médicos y estudiantes que asistían al departamento de obstetricia estuvieran obligados a lavarse las manos con una solución de cloruro cálcico antes de visitar a las parturientas, consiguió que disminuyera drásticamente el porcentaje de fiebre puerperal que las aquejaba, diezmándolas.
Más tarde, Joseph Lister, siguiendo las teorías de Pasteur, introdujo el uso del ácido carbólico en el tratamiento de las heridas, reduciendo significativamente la incidencia de la gangrena que las complicaba con resultados fatales.
Es a este cirujano inglés a quien debemos el término antisepsia, aunque el mismo asumirá su significado propio de procedimiento para reducir la carga microbiana presente en un sitio sólo con los descubrimientos de Robert Koch, quien unos años más tarde podrá descubrir y demostrar la responsabilidad de los microorganismos en las enfermedades infecciosas.
Para llegar a la asepsia y, por tanto, al concepto de esterilización, habrá que esperar a la introducción en la práctica hospitalaria del autoclave construido en 1880 y utilizado con este fin por Ernest von Bergmann (1896).
- Desinfección: práctica destinada a destruir un germen específico o, en general, todos los gérmenes patógenos (no necesariamente esporádicos) presentes en un lugar determinado. En general, se obtiene mediante el uso de sustancias químicas llamadas desinfectantes.
- Esterilización: método destinado a eliminar todos los seres vivos, patógenos o no, presentes en un sustrato sólido, líquido o aeriforme determinado. Se consigue por medios químicos, pero sobre todo por medios físicos (calor, rayos gamma, filtros).
- Antisepsia o bacteriostasis: práctica destinada a neutralizar una carga microbiana bloqueando la reproducción y no necesariamente matando los gérmenes.
- Asepsia: procedimiento destinado a evitar la contaminación por microorganismos de los sustratos previamente esterilizados.
- Descontaminación: reducción de la carga microbiana al exponer los artículos que no se han limpiado previamente a la acción de agentes desinfectantes o esterilizantes.
Fue a finales del siglo XIX cuando el cirujano, acostumbrado hasta unas décadas antes a operar en condiciones higiénicas deplorables, comenzó a utilizar estructuras dedicadas exclusivamente a la práctica de la cirugía y a vestir ropas más adecuadas a su delicado trabajo.
En pocos años se generalizó el uso de batas, luego de gorros (con Gustave Neuber en 1883), después de guantes (con William Halsted) y finalmente de mascarillas (con Johann von Mikulicz), que formando una especie de barrera entre el cirujano y el paciente constituyen un elemento de protección en ambas direcciones.
¿Por qué la asepsia en el quirófano?
Las acciones quirúrgicas privan al paciente de importantes barreras contra la infección y dañan la superficie de la piel. Cuando se viola la integridad de la piel, como ocurre en la cirugía, los microorganismos tienen una oportunidad inmediata de invadir y proliferar en los tejidos internos. Por ello, hay que poner en práctica procedimientos para la gestión del riesgo infeccioso en el quirófano.
En la cirugía, de hecho, hay que seguir reglas específicas. Estas normas se denominan técnicas asépticas. La técnica aséptica es la base sobre la que descansa prácticamente toda actividad quirúrgica.
Estas normas no son meras directrices, sino verdaderas leyes del quirófano, y violarlas significa poner a los pacientes en riesgo de enfermedad y/o infección.
Además de las normas de asepsia, se siguen prácticas para garantizar que el quirófano esté lo más limpio y libre de patógenos posible. Hay al menos dos sujetos: el paciente, que debe ser protegido, y el cirujano, que debe proteger.
En caso de infección hospitalaria por negligencia médica puedes tomar acciones legales acudiendo a un abogado especializado en negligencias médicas.