Por José Antonio Ramos Mesonero / 26 de Septiembre de 2024
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El ictus es un accidente cerebro vascular que afectará a un porcentaje alto de la población en algún momento de su vida.Cuando se ha producido un primer ictus, las posibilidades de que se repita en los cinco años siguientes a producirse son más altas, aunque existen medidas preventivas para tratar de minimizar ese riesgo.
¿Qué es el ictus?
El ictus es la alteración súbita del riego sanguíneo en el sistema nervioso que, como consecuencia, produce daños neurológicos de aparición brusca.
Cuando se produce un ictus, pueden quedar secuelas temporales o permanentes según la gravedad y alcance de los daños.
Es de suma importancia que se identifique el origen exacto del ictus, no solo para establecer el tratamiento más eficaz, si no para identificar las causas de riesgo que han llevado a que se produzca y actuar sobre aquellas en las que sea posible.
El ictus engloba a todos los tipos de accidentes cerebrovasculares, independientemente de su causa y origen. Los más habituales son:
Trombosis: producida por la formación de un coágulo dentro de una vena o arteria cerebral.
Embolia: también producido por un coágulo en un vaso sanguíneo, pero, en este caso, el origen del mismo puedes estar en una placa de arterioesclerosis o ene l corazón.
Derrame cerebral: producido por una hemorragia cerebral derivada de la rotura de un vaso sanguíneo. Esta hemorragia comprime algunas zonas del cerebro en la zona en la que se ha producido.
¿Se puede repetir un ictus?
Las personas que han sufrido un primer ictus son más propensas a volver a sufrirlo. Esto es debido a que las causas de riesgo que lo han provocado siguen estando presentes.
Existen factores en los que no se puede intervenir, como son por ejemplo la edad, condiciones médicas como la diabetes o mayor propensión por cuestiones hereditarias.
Pero sí hay factores en los que se puede intervenir, por ejemplo, en los hábitos de vida del paciente.
Existen una serie de factores de riesgo como son:
- Hipertensión arterial
- Malos hábitos como el consumo de tabaco, drogas o alcohol.
- Malos hábitos alimenticios que pueden producir niveles altos de colesterol y triglicéridos en sangre.
- Obesidad
- Vida sedentaria
Por lo tanto, para reducir el porcentaje de riesgo de que el ictus se repita, es importante cambiar todos aquellos hábitos de vida que pueden perjudicarnos.
Los actuales avances médicos a su vez también permiten reducir las consecuencias para la salud tras sufrir un ictus, en primer lugar, porque permiten actuar rápidamente cuando este se produce, minimizando así el riesgo de complicación y reduciendo la gravedad de las secuelas.
En segundo término, porque, una vez el ictus se ha producido, se establecen protocolos médicos y un seguimiento posterior para establecer un tratamiento que ayude a minimizar el riesgo de que este vuelva a producirse.
Como decimos, intentar reducir ese porcentaje de riesgo de que un ictus se vuelva a repetir pasa por adoptar una serie de medidas:
Desde el punto de vista médico, identificando los factores de riesgo que han producido ese primer ictus y actuando sobre ellos con un tratamiento y seguimiento médico de la evolución.
Desde el punto de vista del paciente, adoptando una serie de medidas encaminadas a llevar unos buenos hábitos de vida: alimentación saludable, ejercicio adaptado etc.
La prevención sin duda es clave para que el riesgo de que vuelva a producirse un ictus, o que las consecuencias de este en caso de producirse sean menores es fundamental.
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