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os casos dados por hipertricosis o "Síndrome del hombre lobo" en bebés producidos por un fallo en el etiquetados de los medicamentos, ha ascendido a 20. La hipertricosis es una dolencia que consiste en la aparición de pelo en áreas del cuerpo en donde no debería encontrarse, ya sea por edad o por otros motivos.
En este caso los afectados son bebés, por lo que la noticia ha trascendido hasta propiciar cierta alarma entre la población. En resumen, los bebés ingirieron Minoxidilo por Omeprazol, cuando les había sido recetado este último. En los envases, constaba la indicación Omeprazol (un protector estomacal), cuando en realidad el principio activo que contenían eran Minoxidilo.
El Minoxidil, en su nombre comercial, es una sustancia para frenar la pérdida de cabello. Este producto actúa sobre el cuero cabelludo, propiciando un fortalecimiento de los cabellos que han sufrido miniaturización, haciendo, además, que el vello natural adquiera mayor consistencia y fortaleza.
El error ha partido de la farmacéutica Farma-Química Sur, situada en Málaga. La fórmula fue distribuida en un principio en Andalucía, Valencia y Cantabria. Desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía, se ha venido informando sobre la evolución del caso.
Algunos de los bebés afectados son tratados desde el Grupo Español de Tricología. La coordinadora de este organismo, Cristina Serrano, ha asegurado que el principio activo Minoxidilo está contraindicado en casos de reflujo, por lo que la administración del Minoxidil solo puede aportar perjuicios; eso sí, no severos en principio.
De hecho, ninguno de los bebés ha presentado los síntomas adversos más problemáticos causados por la sustancia, como son edemas en extremidades, taquicardia o incluso complicaciones renales. A pesar del error y afortunadamente, ninguno de los pequeños ha sufrido importantes consecuencias.
Abogados y otros juristas, tienen mucho que decir en un caso que puede encuadrarse en el campo de los errores dados en el ámbito de la sanidad. Negligencias de este tipo pueden tener no solamente consecuencias muy graves sobre la salud de los afectados, sino también sobre la reputación de las empresas implicadas e, incluso, en el sector farmacéutico en general.