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En el ámbito de los errores sanitarios, la negligencia por parálisis cerebral infantil es una de las más graves. En este aspecto, podemos diferenciar entre las malas praxis con resultado de lesión o de muerte.
Existe un puesto intermedio para todas aquellas afecciones que acaban en secuelas más o menos graves. La parálisis cerebral se detalla como un conjunto de trastornos que afectan al sistema psicomotor.
Las parálisis de este tipo provocan una disminución de la actividad de la persona a partir de eventos graves en el desarrollo del feto, en especial de su cerebro.
En neonatos o niños de edades tempranas, también puede producirse una negligencia por parálisis infantil. En estas lesiones, se observa claramente una disminución de la afluencia de sangre al encéfalo (en proceso de desarrollo) del feto, del neonato o niño.
La falta de riego y oxígeno pueden comprometer muy gravemente la salud del pequeño, pudiendo dar lugar a invalidez permanente o secuelas indeseables.
Si necesita cubrirse legalmente respecto a malas praxis vinculadas con parálisis cerebrales en niños, recurra a abogados que se especializan en uno de los ámbitos más comprometedores y complejos del Derecho.
Entre las secuelas que pueden padecer los pacientes que han sufrido errores médicos de esta categoría, encontramos trastornos psicomotrices, perceptivos, de comunicación… Incluso, en ciertos casos, de estos errores se derivan perturbaciones del comportamiento.
Los errores sanitarios en el ámbito obstétrico son de los más importantes y comprometedores, tanto para los pacientes que los sufren como para sus familiares. Bajo ningún punto de vista, un fallo sanitario debe derivar en parálisis infantil y, de ser así, deberán depurarse las responsabilidad a través de las correspondientes denuncias.
Nuestro equipo de abogados está asociado con diferentes profesionales para que puedan salir adelante las demandas y recursos. Para conseguir enfrentar casos tan complicados, es necesario que peritos médicos, peritos forenses y diferentes expertos trabajen codo a codo con nosotros.
Tipos de parálisis cerebral infantil
La gravedad y las secuelas de la falta de riego en el cerebro, varían sensiblemente de unos casos a otros. Entre los tipos de parálisis cerebral infantil que se halla en la casuística clínica, encontramos: Parálisis cerebral atetoide o disquinética.
Uno de los síntomas más evidentes es la descoordinación y los movimientos lentos y poco precisos. Tal sintomatología se exacerba durante estados de actividad y tiende a remitir en reposo o con el sueño.
La parálisis disquinética se caracteriza porque quien la padece realiza movimientos descontrolados, siendo el algunos casos muy difícil entender lo que dicen los afectados, ya que tienen problemas en cuanto al control de sus cuerdas vocales, legua y otras áreas bucofaríngeas.
- Parálisis cerebral espástica. Nos encontramos ante un tipo de afección cuyo síntoma principal es la rigidez. Los individuos que sufren parálisis cerebral espástica se ven impedidos en cuanto a una normal movilidad. Los músculos de estos pacientes se debilitan y estiran sin control, lo que da lugar a molestias, dolores y, en algunos casos, gran dependencia.
- Parálisis cerebral atáxica. Quien sufre esta clase de parálisis cerebral está dificultado para mantener el equilibrio. Ello se debe a una lesión que compromete el cerebelo. Dependiendo de la gravedad de la lesión, la persona afectada podrá volver a caminar, aunque con dificultades en la mayoría de los casos.
- Parálisis cerebral mixta. En estos casos, el cerebro está lesionado en varias de sus áreas. La sintomatología no es clara, debido a que pueden entremezclarse síntomas de otros tipos de disfunción cerebral o neuronal.
Las parálisis cerebrales infantiles pueden clasificarse en función de otros criterios, siendo uno de ellos la zona del cuerpo afectada. Así, encontramos:
- Hemiplejias. En este caso, el trastorno afecta a la mitad del cuerpo, sea la izquierda o la derecha.
- Paraplejia. Se entiende como paraplejia la afección de todos los miembros inferiores
- Displejia. En la displejia, ambas piernas están afectadas, quedando los brazos en perfecto estado o con disfunciones mínimas.
- Tetraplejia. Es uno de los tipos de parálisis más graves y que más obstáculos causan a quienes lo padecen.
Se trata de una afectación de los miembros inferiores y superiores, lesión que en gran parte de los casos, deja postradas y casi inmovilizadas a las personas.
Los pacientes encuadrados en esta categoría serán dependientes, por lo que deberán estar atendidos diariamente por familiares con experiencia sanitaria o por personal sanitario cualificado.
Monoplejia: No es de las parálisis más frecuentes, afectando solamente a un miembro del cuerpo.
Ciñéndonos a la gravedad de la lesión, podremos clasificar las lesiones medulares infantiles como:
- Parálisis leve. En los casos de paralización leve, la persona podrá valerse por sí misma a pesar de padecer secuelas que el impidan realizar algunas actividades.
- Parálisis moderada. Cuando se presenta una parálisis de esta categoría, la persona que la sufra podrá realizar muchas de sus actividades cotidianas, pero para otras necesitará asistencia.
- Parálisis grave o severa. Se trata del caso más importante y en el cual la persona está totalmente o casi totalmente paralizada. Son pacientes que necesitarán de por vida asistencia para realizar todas o prácticamente todas las actividades.
¿Cuáles son las causas?
Al tratar el tema de las negligencias médicas relacionadas con parálisis, es necesario puntualizar los orígenes. Ante la pregunta: ¿cuáles son las causas de la parálisis cerebral infantil?, señalaremos las siguientes como algunas de las más relevantes y frecuentes:
- Ineficaz control del pulso del feto o neonato.
- Uso negligente del fórceps.
- Falta de diagnósticos de enfermedades previas de la madre o el feto.
- No diagnosticar ictericia cuando esta existe.
- No realización de cesáreas o llevar a cabo estas demasiado tarde.
- No identificación de prolapso del cordón umbilical.
En muchos casos, durante el proceso de parto surgen complicaciones variadas y a las que hay que dar rápida respuesta.
El tiempo en que el cerebro se queda sin oxigenación también es determinante para que las secuelas sean más o menos importantes. La monitorización y un control exhaustivo de todo el proceso es primordial para minimizar los riesgos.
De no ser así, se producirá un alto riesgo no solo para la vida, sino también para la futura calidad de vida. Entrar en contacto con expertos en negligencias médicas, será el mejor modo de afrontar uno de los casos jurídico médicos más comprometedores.