Datos del procedimiento:
- Juzgado: Juzgado de Primera Instancia número 81 de Madrid
- Número de procedimiento: 1300/2019
- Fecha de la sentencia: 19 de julio de 2021
Antecedentes:
L La demandante, representada por el abogado José Antonio Ramos Mesonero, presentó una demanda contra W.R. Berkley España por la presunta negligencia médica que resultó en complicaciones tras una cirugía de mamoplastia. La demandante solicitó una indemnización de 68.500 euros por daños y perjuicios derivados de la mala práctica médica.
Argumentos de la parte actora:
La demandante alegó que tras la intervención quirúrgica inicial, experimentó una serie de complicaciones que comenzaron con la aparición de un seroma en la mama izquierda, seguido por una infección. Afirmó que el personal médico no tomó las medidas adecuadas para abordar la situación, lo que llevó a la necesidad de explantar la prótesis y realizar una nueva intervención. La demandante argumentó que la negligencia en el seguimiento postoperatorio fue evidente y que el mal manejo de su condición resultó en un daño significativo tanto físico como emocional.
La parte actora presentó informes periciales que indicaban que la infección podría haberse contraído durante la cirugía y que la falta de atención adecuada contribuyó al desarrollo de la infección, así como al posterior deterioro de su salud. Además, reclamó compensación por el sufrimiento emocional y estético derivado de las complicaciones y las cirugías adicionales.
Argumentos de la parte demandada:
La aseguradora de la clínica contestó a la demanda, argumentando que la atención proporcionada fue acorde a los estándares médicos aceptados. La defensa sostenía que el seroma y la infección no eran eventos inusuales tras una cirugía de este tipo y que no podían atribuirse directamente a la negligencia del personal médico. Argumentaron que el control postoperatorio había sido adecuado y que las complicaciones surgidas eran inevitables.
El perito de la parte demandada argumentó que la contaminación de la herida quirúrgica ocurrió después de la intervención, y no durante la misma. Además, la parte demandada intentó argumentar que la paciente podría haber contribuido a su propio daño, al no seguir adecuadamente las indicaciones médicas tras la cirugía.
Análisis del juez:
El juez analizó los testimonios y pruebas presentadas por ambas partes. Se destacó la importancia del control postoperatorio y la obligación del personal médico de actuar con la debida diligencia. El juez consideró que había pruebas suficientes para concluir que la atención médica tras la cirugía fue insuficiente. La falta de seguimiento adecuado, así como la decisión de no realizar un cultivo del líquido del seroma cuando se detectó, fueron vistas como negligencias.
El tribunal también hizo hincapié en que la responsabilidad de la clínica no se limitaba a la cirugía en sí, sino que incluía el seguimiento y cuidado del paciente en el periodo postoperatorio. Se concluyó que existía un nexo causal entre la negligencia del personal médico y las complicaciones sufridas por la paciente.
Fallo de la sentencia:
El juzgado estimó parcialmente la demanda y condenó a la aseguradora a indemnizar a la parte demandante con un total de 21.378,93 euros, que incluía compensaciones por los daños sufridos y los gastos relacionados con las cirugías adicionales. Además, se estableció que la aseguradora debía asumir el costo de futuras intervenciones necesarias para corregir los defectos estéticos derivados de la mala praxis, hasta un límite de 7.100 euros.
Se mencionó que la parte demandante tenía derecho a recibir intereses desde la fecha de emplazamiento de la demanda, debido al retraso en la indemnización. La sentencia subrayó la importancia de la responsabilidad del personal médico en la atención de pacientes y la necesidad de un seguimiento adecuado después de las intervenciones quirúrgicas.