CCierto es que la medicina ha avanzado hasta el punto de minimizar los riesgos durante los partos. Pero ello no significa que aún no sigan dándose lesiones cerebrales en el parto, afecciones producidas tanto por negligencias médicas como por factores imprevisibles e incontrolables.
Las consecuencias del sufrimiento fetal en el parto dependerán de multitud de elementos vinculados entre sí.
Tal padecimiento del feto que está en el proceso para llegar a ser bebé, puede deberse a razones que no tengan que ver con problemas cerebrales durante el alumbramiento, aunque lo cierto es que la falta de oxígeno en el cerebro es uno de los principales desencadenantes.
ENCEFALOPATÍA CEREBRAL EN BEBÉS
La encefalopatía cerebral en bebés se produce, normalmente, durante los momentos del parto o poco antes. La encefalopatía hipóxico-isquémica es una de las afecciones graves para los recién nacidos, puesto que la agresión al cerebro por la privación de oxígeno puede resultar fatal.
De todos modos, tanto el tiempo de actuación médica como otros factores, entrarán en juego para que la lesión sea más o menos exacerbada. Las afecciones cerebrales en recién nacidos pueden ser producidas por muchas causas.
A veces, una actuación médica desafortunada puede tener consecuencias indeseables, así como también pueden concurrir circunstancias difíciles de controlar. Cuando el personal facultativo sospeche de encefalopatía neonatal, será imprescindible llevar a cabo una serie de pruebas para conocer si existe esta y en qué grado.
A pesar de que la lesión, como hemos indicado, se produce durante el alumbramiento, ciertos tipos de lesiones cerebrales en el parto se observan entre 12-24 horas después del nacimiento. En cuanto a las pruebas a realizar, la resonancia magnética y la ecografía craneal son dos de las más recomendadas.
También conocidos como escáneres cerebrales, este tipo de prueba es definitiva para conocer la gravedad de la lesión, así como si realmente existe. Gracias a la resonancia magnética (MRI) y a la ecografía craneal (CUS), podrán descartarse o confirmarse encefalopatías hipóxico-isquémicas, hidrocefalia, hemorragias cerebrales y otras importantes afecciones causadas por la privación de oxígeno en el momento del parto.
FALTA DE OXÍGENO EN EL CEREBRO DEL RECIÉN NACIDO
Los daños cerebrales se producen en gran parte de los casos, como hemos indicado, por una falta de oxígeno en el cerebro del recién nacido. La asfixia de nacimiento puede provocar desde la muerte, hasta enfermedades y lesiones de enorme gravedad.
Por supuesto, también hay casos en que la falta de oxígeno en el recién nacido se produce durante un período de tiempo demasiado breve como para que pueda causar daños importantes.
Hay ciertas circunstancias que son capaces de originar la asfixia. Entre las más comunes, se encuentra el desprendimiento placentario, anormalidad en el cordón umbilical, lesión intrauterina, bradicardia del bebé…
La falta de oxígeno en el cerebro del recién nacido puede ser considerada como asfixia severa o asfixia profunda aguda, entre otros estadios menos comprometedores. En estos tipos de falta de oxigenación se ven comprometidas áreas muy concretas del cerebro, entre ellas los núcleos grises.
Los ganglios basales son un conjunto de masa de materia gris ubicaba en la base cerebral. El tejido gris está vinculado al tálamo, a la corteza cerebral y al tronco del encéfalo.
Los ganglios basales están directamente relacionados con movimientos voluntarios. La falta de oxígeno en el neonato, también implica que los ganglios basales se verán afectados hasta que se den fallos motores, de coordinación, movimiento… como por ejemplo los que se dan en enfermedades como la de Parkinson.
DAÑO NEUROLÓGICO EN EL RECIÉN NACIDO
Cuando se produce la privación de oxígeno, se produce un daño neurológico en el recién nacido. Lesión, que dependiendo de varios factores, puede o no conllevar graves secuelas. Hay que indicar que según determinados estudios científicos, las lesiones neurológicas en el neonato podrán ser mejor tratadas si las pruebas (escáneres cerebrales) son realizados antes del alumbramiento.
La eficiencia disminuye si son efectuados cuando se aproxima el momento del parto. Gracias a las pruebas previas, el daño cerebral en los bebés será minimizado, pues se preverá la administración de fármacos, así como se definirán los protocolos de actuación ante determinado evento durante el proceso del parto.
Hay ciertos hechos que pueden condicionar la aparición de EHI o de cualquier afección cerebral neonatal.
Entre ellos, cabe destacar la presión elevada de la madre, la toma de medicinas como Pitocin o Cytotec… También una baja presión arterial de la madre puede originar el problema.
Asimismo, se dan casos de daño neurológico en el recién nacido que son ocasionados por mala administración de anestesia o, bien, por infecciones nosocomiales o de otro tipo.
Otro factor de gravedad en este sentido, es la mala disposición del cordón umbilical. El ahogamiento por cordón umbilical es uno de los más conocidos motivos de lesiones neuronales en neonatos.
LESIÓN CEREBRAL PERINATAL
En un sentido estricto, perinatal se refiere a todo hecho clínico sucedido justo antes del parto, y también inmediatamente después de él. Le lesión cerebral perinatal se caracteriza habitualmente por hipoxia, o sea, una falta de oxigenación del cerebro que comprometerá los tejidos.
Como ya ha quedado indicado, la gravedad de las lesiones variará en función de varios hechos, por ejemplo, del tiempo de privación de oxígeno. Cuando la lesión cerebral perinatal es severa, se producirá la muerte de células cerebrales, pudiendo ocasionar a su vez parálisis cerebral.
Además de las parálisis cerebrales, es posible que con la falta de oxigenación se produzcan: anoxia, epilepsia y otras complejas afecciones. La anoxia, propiamente dicha, es la ausencia de oxígeno en las células, la sangre u órganos, una de las circunstancias determinantes de las afecciones neurológicas que podrán comprometer la parte física y mental de los niños.
En este punto, podemos mencionar que algunas de las lesiones neurológicas perinatales, entre ellas la encefalopatía hipóxico-isquémica, son producto de una mala praxis médica. En el área de la obstetricia y ginecología, los fallos médicos pueden conllevar situaciones dramáticas para las víctimas y los padres, y además conllevarán en muchos casos acciones legales.
La frontera entre un error y un evento inevitable, a veces no es tan clara. En el caso de que se produzca una falta de oxígeno con consecuencias de lesión cerebral para el recién nacido, los responsables habrán de informar puntualmente sobre todo hecho acaecido.
Cuando se sospecha de una irresponsabilidad o mala praxis, los padres o tutores de los pequeños deberán ponerse en contacto con abogados especialistas si desean solicitar una indemnización por lesión perinatal causada. Los letrados, junto a especialistas en diversas ramas (por ejemplo, peritos forenses), habrán de contrarrestar los informes del personal médico que, presuntamente, haya cometido el fallo de diagnóstico o tratamiento.
DAÑO CEREBRAL EN BEBÉS RECIÉN NACIDOS
Lo más importante para mitigar los efectos del daño cerebral en bebés recién nacidos, es actuar cuanto antes. El tiempo es determinante para que los tratamientos tengan el efecto deseado.
En caso de la EHI o encefalopatía hipóxico-isquémica, el diagnóstico deberá ser realizado antes de las 6 horas después del nacimiento.
Actuar rápido es definitivo tanto para salvar la vida del pequeño, como para evitar o mitigar las posibles secuelas de los daños cerebrales producidos.
En cuanto a los tratamientos para disminuir los efectos de esta grave agresión, uno de los más relevantes en la actualidad es la inducción a la hipotermia.
El personal médico provocará una disminución de la temperatura del cerebro, de modo que se ralentice el metabolismo y las lesiones no se exacerben. A día de hoy, es el procedimiento más indicado para tratar el daño fetal con afección cerebral por privación de oxígeno en neonatos.
Si ha sufrido una negligencia médica en el parto podemos ayudarle a reclamar la indemnización que le corresponde